Chistes cortos: Las aceitunas sin hueso
Esto son dos aceitunas que estaban escalando por una montaña, y le dice la una a la otra:
- ¡Creo que me he roto un hueso!.
- ¿Pero chica, cómo te vas a romper un hueso, si tú estás rellena de anchoa?.
Chistes cortos: La tortuga que no se reía
Esto era una tortuga que nunca se reía y el león, el rey de la selva, propuso un concurso para que participasen todos los animales: quien hiciese reír a la tortuga se convertiría en segundo rey de la selva, pero quien no hiciese reír a la tortuga, sería decapitado. Al concurso solo se apuntaron la jirafa y el pez.
La jirafa contó un chiste muy bueno y todos se partieron a carcajadas menos la tortuga, por lo que le cortaron la cabeza a la jirafa. Luego contó un chiste el pez, y también era buenísimo, así que todos los animales de la selva se rieron a más no poder, excepto la tortuga, por lo que nuevamente le cortaron la cabeza al pez.
Al ratillo se empieza a reirse la tortuga, y le pregunta el rey de la selva:
- ¿Por qué te ríes ahora, si nadie ha contado ningún chiste?.
- Es que acabo de pillar el de la jirafa.
Chistes cortos: Los indios
- ¡Que vienen los indios!.
- ¿Y cuántos son?.
- Mil uno.
- ¿Pero hombre, cómo los has podido contar tan rápidamente?.
- Es que viene uno delante, y unos mil detrás.
Chistes cortos (I)
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Publicado por Javier Marco - lunes, 20 de octubre de 2008
Etiquetas: Chistes cortos
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